resulta que vengo pensando mucho en él. porque decidí que me voy a llevar dos libros de él a mis amadísimas próximas vacaciones. y porque es el dueño del amor más grande del mundo.
y entonces soñé. soñé con Dalí.
resulta que una maestra mía, estaba planteando ejercicios individuales. tomaba un cuaderno grande, de hojas numeradas, y en el vértice superior derecho, dibujaba una figura, con un fibrón celeste. una figura humana. dibujaba al revés, para que el que estaba sentado en frente, viera la figura al derecho. al terminar el dibujo preguntaba "¿cuál es este animal?" el que estaba sentado frente a ella decía: "el hombre". ella decía "no", pasaba la hoja y volvía a dibujar la figura, a hacer la misma pregunta, a recibir la misma respuesta, y así, varias veces, con varios alumnos distintos. yo miraba de lejos. y pensaba: cuando me toque, voy y digo "el hombre". y me corregía a mi misma: "pero todos dicen el hombre, y no es". decía: "entonces digo el ser humano". pero me daba cuenta que el sinónimo no iba a variar las cosas. "entonces digo trotuga". pero me pareció una excentricidad. la figura era notoriamente humana. y entonces pensé y de golpe dije: "¡digo: yo! ella nos está dibujando a cada uno". y entonces, me llega el turno. para este momento, la consigna de trabajo había cambiado de manera muy natural. resulta que la consigna que me toca, es ser Dalí. buenísimo, pensé. me sale re bien. (que caradura, pienso ahora). nos ponía de a dos. y bailábamos. me tocó con Gala. claro. y bailaba con Gala. y le hablaba poniendo la voz ronca, con acento español. y pensaba que me salía muy bien. y con una mano, además de tomar la mano de Gala, sostenía mi bastón. y me enrrollaba los bigotitos hacia arriba. me divertía muchísimo. entonces, sonó el teléfono, y me desperté. una pena enorme que la pieza me quedara a medio bailar.
(imagen: Gala con Dalí)