miércoles, 4 de marzo de 2009

los payasos: capitulos 1,2,3,4,6 y 6

La Espera.
Los payasos esperan siempre. Son esperadores. Esperantes. Esperan esperanzados a que las personas un dia los descubran.
Los payasos esperan.
Algunos debajo de la cama. Algunos en el pedal de una bicicleta oxidada de otoños.
Otros esperan sentados. A los pies del alma. A que se termine de llorar.
Otros esperan debajo de la mesa. En lo profundo y desordenado de los placares. Otros esperan entre los arboles. Otros esperan en el borde mismo de las ventanas de la risa mas honda y fuerte. Otros se pasean en silencio por las casas. Sonambulos cocineros de huvos fritos. Comedores de tierra en los balcones. Navegantes de las bañeras a la deriva. Los payasos esperan siempre. Esperan fuerte. Juegan a la escondida. Atrapados en un trompiezo. Amarrados en el dentrífico. Vestidos de pantunflas y plumas. Desvestidos pijamas usan para vivir. Y se escapan. Se hacen ver. Cada tanto se filtran de las redes de aquel lugar desconocido donde espera todo lo que nos va a venir. Donde se va todo lo que nos va a esperar.

El encuentro.
La persona un dia tadavia dormido, se enreda con su payaso. De zopeton. Se encuentran en el espejo ultimo de la sarten. En el fondo de la taza del café con leche. Se asustan. Los dos. Uno se rie. El otro no. Uno se rie. El otro tambien. Porque saben que se conocen de antes. Se intuian desde siempre. Como un perfil angular que un dia aparece de golpe a la conciencia de la propia cara blanda.
Entonces se acompañan.

El aprehendizaje.
El payaso enseña. Educa. Forma y deforma. Rompe. Explica todo eso que no se explica. Payaso cambiador de vidas. Payaso enseña y aprende y aprehende. Agarra todo lo que no sirve y lo rie al piso. Agarra todo lo que sirve y lo llora en cajitas. Desordenado todo para que se vivan bien los recuerdos. Que si se recuerdan viven. Como todo lo que creemos que se va. Y que irse es solo su manera de estar siempre.
El payaso tan idiotamente sabio nos pega bifes con papafritas. Nos devuelve. Nos de-vuelve. Nos vuelve a entregar a nosotros mismos. Toma una mano. Toma la otra mano. Y nos une. A cada uno. Con uno. Y todo encaja en cajas.

El sin retorno.
Hay limites que traspasados no tienen retorno. Imposible volver a donde ya se sabe el truco de memoria. Imposible volver a la memoria una tonta. La responsabilidad del saber. Un payaso que aparece no se desadopta. Hay un alguien de quien hacerse cargo de todo lo que tengotiene que venir a hacer al mundo este.
El payaso no se va. No se puede ir. El payaso no sabe de la despedida. Los payasos no se dejan ir. Porque si se van se llevan todo. Todo lo todo y todo lo nada.

Un anonimo.
Un dia, un alguien dijo (y nacieron seis payasos a la vez) que “que suerte tienen las visitas que se pueden ir cuando quieren”.
Los payasos no son visitantes. Son locales. Locos ellos con los pies sobre la tierra del aire y la cabeza en el agua son los dueños de la pelota roja. Y hay que dejarles hacer el tercer tiempo.

Una idea.
Entonces no hay que ofrecerles te. Hay que dejar vayan y abran la heladera.